miércoles, 8 de agosto de 2012

Vacíos

Así son los mundos cuando están despoblados, también se hayan consigo mismos cuando buscan compañía. También gritan y no hayan eco porque no hay nada, no hay algo que les devuelva un ruido, una cara, unos ojos, una mano, ¡una patada!; un gesto mínimo de cualquier emoción sin importar cuál sea ni la intensidad, ni la luz, ni el contraste que tenga.
Así son los mundos cuando están despoblados, como un Yo eterno que vive en un pasado constante y febril, como un silencio que aturde si tú no ríes, si tú no lloras, si tú no llamas, si no te enfadas, sino me odias, si no existes, si no me amas, si no estás para hacer ruido y devolverme un eco.

2 comentarios:

  1. Caminante del cielo29 de octubre de 2012, 14:31

    Sino hay nadie en tu mundo...no hay nada en donde puedas existir...si nadie te reta, si nadie te sonrie, si nadie te abraza, te besa, te llama, si nadie te hiere, si nadie está ahí...uno se marchita en un vacío seco, que con el paso del tiempo borra todo rastro de alegría o vida, de identidad. ¿Cómo voy a saber quién soy...sino hay nadie con quien contrastarlo? pues aun siendo así...hay quienes en un momento de su vida eligieron tal vacío...por no verse rodeadas de sentimientos que pudieran hacer pedazos con sus malogrados pasos...

    Tiempo depués, cuando se siente, se entiende, que el dolor de no sentir es aun mayor que el de sentir dolor, es cuando uno se replantea el abrirse a la vida nuevamente...y aun así es difícil.

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  2. Es fácil huir de los sentimientos, encerrarte dentro de una coraza impenetrable e ignorar lo que sucede afuera. Vivir en tu mundo sin hacerle daño a nadie... pero vivir en un mundo vacío, es cierto; en un mundo lleno de frío porque la vida misma no basta, ni los pequeños milagros que descubres bastan cuando no hay alguien con quién los compartas.
    A veces necesitas saber que hay alguien cerca, alguien cuyos ecos aceptas sean ruidosos o acallados y esa necesidad de no sentirte tan solo y del constante recordar quién eres, me alegra tanto que tú sí la entiendas. Gracias mi querido Caminante del cielo.

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