lunes, 8 de agosto de 2011

Soy normal

No sé qué hora sea esta.
Mis manos huelen a acetona fresca, el barniz de mis uñas no se ha ido del todo.


¿Qué más puedo decir?

Mi nariz no es perfecta, lo noto siempre en este clima de impaciencia,
con esta humedad del pensamiento y cuando hay polvo.


Hay trastes sucios en casa,
metáforas en la cabeza.


El arroz con leche todavía no se acaba.


La realidad se asoma entre mis ojos y los tuyos.


¿Qué más te puedo decir?


Ahora pareciera que empieza a darme tos,
tengo la carcajada de un niño clavada en la espalda,
algún graznido entre faringe y tráquea
 y el cuernillo del demonio, o de mi novio
(sí, ese que todavía no tengo porque no le he dicho que también me gusta)


Suelo distraerme al mirar por la ventana cuando llueve,
aspirar recuerdos, sintetizar miradas,
imaginar goteras en los ojos de algún Dios morado,
de algún Dios de chocolate como todos,
como todos en los que no creo.


Puedo decirte que mi vida ha dado un giro desde que conocí las gomitas,
desde que probé un pandita rojo con la punta de mi lengua.
Sólo la punta,
la puntita del cielo,
del cielo de mi mundo,
de mi mundo que no es real.

Marielitazul

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