sábado, 6 de agosto de 2011

A las 10:30



Me dijeron que pronto volvería al infinito y desde aquel entonces asisto puntual a un desfile de largas horas.
Todos los días a las 9:00 y a las 10:00. 
Generalmente, a la 1:00 a las 2:00 ó a las 5:00, 6:00 de la tarde. 
Otras veces a las 7:00 y muchas otras siento que a todas horas estoy y me ausento.


La cosa pasa desde la primera vez que vi al mundo 
y el mundo entró a mis ojos 
y mis ojos fueron llovizna y luego lluvia tibia
y luego lloraron como quien hace enfurecer una tormenta.


Desde aquel entonces, el impulso corre por mis venas. He crecido con la esperanza de volver mañana o algún día. De eso se alimentan mis entrañas, del spaghetti de cada día, del sonido frío, del eco aguado, 
del eco, del eco, del eco...


A las 5:00 el té de la tarde. 
A las 7:00 el messenger en la computadora.
A las 10:00 la gelatina de durazno.
A las 6:00 de la mañana el camión hacia la escuela.
A las 9:30 las clases.
A las 9:31 un sueño a media clase.
A las 9:32 un elefante choncho parado de cabeza en aquel sueño a media clase.
A las 10:30 am. La razón cae. He enloquecido.


Nací condenada al delirio. 
Desde aquella promesa de volver al infinito, el té se vuelve poca cosa y las cosas son pocas cuando se trata de explicar.


La primera vez que vi al mundo, el mundo me miró a los ojos y quiso llorar con todos sus mares y sus olas. 
Quiso llorar como lloran las tormentas, como lloran las cascadas, las verdes, las dulces y saladas. 
Y el humano se le vino encima como quien pisa chicles de menta en alguna alfombra vieja. 
Y todos los días el mundo ve la hora y escucha el ruido del tiempo caer por la ventana. 


A la 1:00.
A las 2:00.
A las 5:00 de la tarde y a todas horas el mundo está y se ausenta.


El mundo gira para encontrar su cola, se traslada y no ve ni encuentra.
No ve ni encuentra, ni haya la forma, como yo, de volver al infinito. 
Se le pierde el tiempo entre los dedos, se le oculta el atardecer entre raíces.
La sombra invade el cuerpo esférico. Las estrellas le rinden culto al sol y el sol se crece. 
El mundo explota.


A las 10:30 y a todas horas.
La razón cae. 
Hemos enloquecido.

Marielitazul

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